Poeta, periodista y político venezolano. Fueron sus padres Manuel Salvador y Ana Rita Cacique. La educación primaria la cursó en el colegio Alemán de su ciudad natal, mientras que la secundaria la realizó en el liceo Simón Bolívar de esta misma ciudad. De manera autodidacta cultivó las bellas letras y el periodismo, formando parte de los poetas de la llamada Generación de 1918. Como consecuencia de algunos trabajos críticos al régimen del general Juan Vicente Gómez, que publicó en el diario marabino Excelsior, del cual era jefe de redacción, fue hecho preso y encerrado en el castillo San Carlos del Zulia, saliendo al exilio con destino a Colombia en 1929. En Bogotá fue secretario de Eduardo Santos, fundador y director del diario El Tiempo, quien más tarde sería presidente constitucional de Colombia. En 1936, tras la muerte de Gómez, Rugeles regresa a Venezuela desempeñando diversos cargos hasta 1945 entre los que destacan: el de secretario del ministro de Hacienda, diputado a la Asamblea Legislativa del estado Táchira, director de la revista El Agricultor Venezolano, director del diario Crítica, director del gabinete del Ministerio de Agricultura y Cría, director del gabinete de Hacienda y director de la Oficina Nacional de Prensa.
Secretario de la delegación venezolana ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington (1948), fue consejero cultural de la Embajada de Venezuela en Buenos Aires. En 1953 fue director de Cultura y Bellas Artes del Ministerio de Educación y director de la Revista Nacional de Cultura (1953-1957). En la última parte de su vida fundó y dirigió una revista para los niños con el nombre de Pico-Pico. Dentro de sus obras poéticas figuran: Cántaro (1937), Oración para clamar por los oprimidos(1939), La errante melodía (1942), Aldea en la niebla (1944), Puerta de cielo (1945), Luz de tu presencia(1947), Canto a Iberoamérica (1947), poema premiado en los Juegos Florales Interamericanos, organizados en México por la Unión Femenina Iberoamericana, el 12 de octubre de 1947, Memoria de la tierra (1948), Copias(1947), ¡Canta pirulero! (1950), Cantos de sur y norte(1954), que mereció el Premio Nacional de Literatura de ese año, y Dorada estación(1961), publicado después de su muerte.
Fuente: venezuelatuya.com