Eterna sed

Eterna sed

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Serie: ..
Editoras: Editorial Adoro Leer
Géneros: Poesía
Autoría:
Páginas: 53 pages
Tags: Poesía venezolana
Language: Español
Dueño: Biblioteca Armando Rojas Guardia
Notas extras: NA

Es un hermosísimo poemario escrito por la poeta Julieta León, bellamente editado en los Talleres de la Editorial Cantaclaro, gracias a la loable iniciativa de Editorial Tregua, a través de su afortunada Colección Muestrario del Caracol.

Poco sé, en verdad, de la autora de ARENA DEL DESIERTO, sólo apenas que es Licenciada en Filosofía y Letras y que ostenta a su favor la envidiable tutoría poética y literaria de grandes voces de la poesía venezolana tales como Elí Galindo, Eleazar León y Rafael Cadenas.

Dice la escueta noticia biográfico-intelectual que la poeta tiene en su haber obras tales como: Tomo la Calle, Del Puerto a la Alameda, Romanas, Eterna Sed, Cartas Echadas y Las aguas borran los senderos. Empero, me voy a referir a ARENA DEL DESIERTO, pues estimo que este libro es emblemático y revelador de lo que significa la sostenida trayectoria poética de la escritora.

ARENA DEL DESIERTO se inaugura justamente por donde debe empezar toda auténtica propuesta poética; por el yo, por los misterios insondables del yo. ¿Acaso la poesía no es una indagación obsesiva, terca e indeclinable de la búsqueda denodada de los enigmas del yo?.

Un poema intitulado de manera asaz elocuente: BIOGRAFÍA, desnuda la esencia del ser que habita la casa nómada y mudable del poeta (la imaginación) desde una temporalidad pretérita, esto es; desde un ayer melancólico invencionado que sirve para tomar distancia suficiente y darle paso a un sujeto lírico que se explicita y dialoga con el lector desde un posteridad imaginada.

En este magnífico poema inaugural, Julieta León dice, con inusual énfasis, que su verdadero oficio desempeñado en su tránsito por la tierra fue el de poeta.

La escritora expresa su poesía como si estuviera muerta y el lector, leyéndola obviamente, se imagina como si la voz de la poeta viniera desde un ignoto y escalofriante féretro capaz de expresar exquisitas verdades de un delicado y sutilísimo cinismo. ¿Acaso la palabra de origen griego kaenicos no traduce una verdad perruna?. 

Fuente: jornaldepoesia.jor.br.

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