Serie: | NA |
Editoras: | Editorial Venezolana |
Géneros: | Poesía |
Autoría: | Barrios María |
Páginas: | 81 pages |
Tags: | Poesía venezolana |
Language: | Español |
Dueño: | Biblioteca Luis Pastori |
Notas extras: | NA |
Materia
Incierta fortalece la
idea de que la ciencia puede ser expresada literariamente. A las
consideraciones científicas, detectadas fácilmente, por el especialista
psicoterapeuta, se suma la sensibilidad del científico. El personaje
central no es historia clínica engavetada en el consultorio. La
relación que se establece en Materia Incierta está pensada
como un hecho enormemente humano. Las palabras curar y enfermedad, si bien
están entrelineadas, no forman la esencia objetivada de Materia
Incierta. Auto-opiniones dejadas decir por el psiquiatra, reflexionadas por
ambos, y a nosotros se nos permite participar en ese proceso. El personaje
central transita por toda una experiencia, cuya pauta él impone, hasta
llegar a los Alumbramientos, que es, formalmente, la parte final de este
trabajo, no la del proceso. Dice la autora: Al fin abrió el secreto de
la reciprocidad. Hizo su entrada en el gran reino de las sensaciones. Aceptó la
sorpresa, abrazó lo Imperfecto, reconoció lo ajeno, vislumbró lo desconocido. Y
a partir de ahí supo que reinventarse era una tarea cotidiana. ¿Hay frase
más objetiva, más humana, más alentadora? Me parece importante vincular este
contenido, y Materia Incierta, con lo que nos está ocurriendo en
Venezuela. Parece inevitable aceptar que desde esta experiencia
psicoterapéutica particular obtengamos visiones de futuro y nos las apliquemos.
Materia
Incierta viene a ser, así lo veo,
no sólo una reflexión que cada uno de nosotros debe hacerse, sino una reflexión
que debemos hacernos como comunidad nacional. En Venezuela se extravió lo
cotidiano; hay que encontrarlo. La reciprocidad casi que ya no existe y su
sustitución se ha hecho por la vía del egoísmo; y las sensaciones son poco
menos que sentimientos materiales consumistas. Estamos carentes de caricias.
Estamos cosechando los frutos de las falsedades en las que hemos estado
viviendo, aun a costa de lo que no hicimos. Unos pocos, nos han hecho
culpables. Materia Incierta, en la frase transcrita, en muchas
otras y en su espíritu nos anuncia el imperio de la autenticidad como
alternativa válida para recuperarnos. Este es uno de sus más grandes aportes.
Este trabajo, si bien es un “ejercicio de la psicoterapia con un lenguaje
distinto al que me enseñaron”, como escribe María Inmaculada, es,
metodológicamente hablando, una posibilidad de vernos a nosotros mismos sobre
todo en nuestra instancia interna. Nos puebla a todos el miedo y la inseguridad
quizás porque no se nos enseñó a ser capaces de vislumbrar futuros ni de
apreciar la calidad y el tipo de las tendencias en las que hemos venido estando
inmersos. Como nación, como cada-uno, como nosotros- mismos nos
despojamos de tradiciones probablemente válidas, pretendimos sustituirlas y lo
que se ha usado como sustitutos ha fallado. De un tiempo hacia acá hemos
andado A Tientas y las palabras que abren esta segunda parte
de Materia Incierta son, por demás, sugerentes: ¿Cómo
protegerse de lo falso y de lo equívoco si no había aprendido a reconocerlos?
¿Cómo darle ritmo a ese saco de incertidumbre? ¿Cómo dibujar tanta imprecisión?.
Continúa una serie de extraordinarias reflexiones en esta línea.
No es posible sustituir tradiciones sin quedarse desposeídos. Y lo que ahora poseemos no nos deslinda como pueblo creador pero sí que nos induce a un falso conocimiento de nosotros mismos. La rutina, la carencia de sentido poético... nos acosan. No reaccionamos ya como lo hicieron nuestros antepasados mediatos e inmediatos. Escribe María Inmaculada: Cuando el sol untó el pasto de esa tibia luz-crema del invierno, él despertó y con los ojos aún cerrados se acercó a la ventana. El viento rezaba sus oraciones, y los arbustos efectuaban sus genuflexiones rituales. Sin embargo, para él nada se movía porque su sensibilidad anestesiada de costumbres, sólo podría quizá registrar un huracán (caso que jamás ocurrió en su región). Sólo le quedaba, como todos los días, solazarse sintiendo aquellos latidos regulares que parecían venir de alguna parte del cuerpo: su incansable reloj. Materia Incierta no es un contenido gratuito: es reflexión poética de altura sobre un personaje y sobre un colectivo. Hemos olvidado la tarea de vivir… y nuestras orillas están sembradas de cactus aun cuando poseemos nuestra soledad en el último modelo de la Ford.
Pero
no bastará con recuperarnos; tendremos que aprender qué hacer cuando eso
ocurra. Materia Incierta nos lo advierte: Una tarde se
encontró con la vida de golpe, de sopetón, ahí a la vuelta de cualquier esquina.
Y lo peor es que no supe qué hacer con ella. ¡Después de tanto buscarla!!de
tanto prepararse para su encuentro! Se quedó ahí parado, pasmado, mirándola
fijo, sin saber qué decirle ni qué ofrecerle que no fuera su miedo.
La siguiente parte del libro, la penúltima, se intitula Plegaria, quizá la más poética. Alude a salmos, a etapa pre-reencuentro, a esperanza y a mucho olor a vida. Hay como una humedad de esas parameras que lo refresca a uno; hay como un tibio limo de ese que crece en las cosas queridas a fuerza de recordarlas siempre- El personaje central estalla en miedos antes de su reencuentro, antes de su convicción de que reinventarse es una tarea cotidiana. En esta parte vemos a un ser que se presenta desde adentro y es por ello que en algún momento hasta le molesta la presencia de Dios en sus entrañas. Líbrame de ti mismo, Señor, dice angustiado y todavía angustiado, invita al Señor a caminar por el sendero que va a la gruta para que hagatrizas a los dioses falsos que se han instalado al pie de la colina. Plegaria es como la sinceración del personaje central consigo mismo; es reconocer sus fallas, sus fracasos, sus limitaciones, los engaños a los que ha sido sometido, pero dentro de un espacio veraz y posible. Es un auto-ungimiento de esperanza, de esperanzas aun ante la evidencia de lo carrasposo y mortificante que nos ha resultado la vida, y pide se le conceda a su tierra – concédele a mi tierra... – la experiencia del fruto.
Fuente: cerrarporinventario.blogspot.com.