Nació en Ciena el 31 de marzo de 1942. A los cinco años se marchó a vivir a Suramérica, debido a la profesión de diplomático de su padre. A la muerte de éste volvió a Austria. Su primer y fugaz contacto con nuestro idioma se continuó en su propio país, a la vez que estudiaba el bachillerato. Posteriormente siguió los cursos de español en la Escuela de Intérpretes de la Universidad de Viena.
En 1961 vino a Madrid para seguir el Curso de Estudios Hispánicos, y aquí continúa residiendo. Todas estas circunstancias nos explican en cierto modo el extraordinario dominio del castellano que Angélika Becker posee y que le permite expresarse poéticamente con tanta riqueza de matices, convencida de la perfecta adecuación entre sus inclinaciones expresivas en nuestro lenguaje. (...)
Fuente: Contraportada del libro Figuras y meditaciones.
