Las musas inquietantes

Las musas inquietantes

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Serie: NA
Editoras: Lumen
Géneros: Poesía
Autoría:
Páginas: 111 pages
Tags: NA
Language: Español
Dueño: Bibliteca Alfredo Chacón
Notas extras: NA

La edición de Las musas inquietantes de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941), publicada por Lumen (1999), plantea problemas para pensar en torno a la lectura de cómo un ojo de fin de siglo mira la historia del arte occidental: una mascarada irónica, una ilusión de totalidad, un desplazamiento de auras. Podría decirse que estas cuestiones aparecen ya en la edición material del texto: la pérdida del aura de los objetos estéticos es expresada aquí a través de la minuciosa composición del aura de un objeto bello: este libro.

Una somera descripción del cuerpo quizás sea necesaria (aunque insuficiente).

Sin ser especialmente lujosa, la edición muestra un preciosismo modesto y, sin embargo, presente y sin duda no sustituible. Ya desde el vamos se trata de un objeto enfrentado a la enfermedad de la empresa editorial, la fotocopia. Ésta se erige aquí como la madura y moderna expresión de una pérdida irreparable. El diseño de Lumen pone el acento en la imagen y en los placeres del tacto y del ojo, de modo que el cuerpo de los poemas y sus vestidos pictóricos colorean de primeras impresiones una escritura que se anticipa acicalada, sensible y exigente: encuadernación blanda pero cosida, las tapas de papel rústico tipo reciclado -un sesgo de la moda- pero con solapas; el papel amarillo, liso, de buena calidad, firme opuesto al que se utiliza en las ediciones pocket; sobre la tapa, la miniatura de La princesa de Este, de Pisanello, con colores y relieve. En todo se deposita un tono burgués de frugalidad, de un austero disfrute de antiguos placeres que antes hemos gozado a borbotones. Puede decirse de esta presentación lo que Pedro Almodóvar señala del género: un color que no sólo es una etiqueta para distinguir y simplificar sino que resulta “tan importante (e informativo) como el color del pelo de una mujer (no importa si está teñida, una mujer es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma)” (175). De igual modo, los datos proporcionados por las vías de la percepción que impone la edición propician una lectura del sentir y del percibir que hacen a la constitución del género (o del prejuicio: poético, femenino, romántico?).

Pero, todavía, adentro, hay más: los poemas, en una página, y en cada reverso de la hoja -con una tipografía, dicho sea de paso, que ostenta un tamaño cuya claridad no es usual en los libros baratos-, en la cara opuesta, un pequeño cuadradito de uno por uno toma en figura monocroma un detalle de la pintura a la que cada poema hace referencia: las manos de La encajera, el ojo de la Gioconda, el perfil de la princesa de tapa. Al final, pasando el índice, dos láminas a color reproducen en miniatura los cuadros a los que se hace alusión en los poemas... Cada pintura lleva su título y su autor, como cada poema ha llevado debajo de su título la referencia pictórica/escultórica.

Todo esto conduce a constituir el objeto libro de Peri Rossi en una preciocidad, en un objeto de detalle que recupera un aura que no es del todo el aura aquella sino un vestigio que reproduce el aura perdida por la reproducción. Quiero decir que, desde el comienzo, el cuerpo del texto Las musas inquietantes es leído en las claves de algunos movimientos retóricos: metáfora (y sustituto) de colección privada -como las guías y los catálogos-, alegoría que lee lo que un sujeto desarticulado puede capturar devenido el naufragio de la cultura, imágenes fracturadas de conservación de puntos de vista únicos y jerarquizados, epítetos para mirar lo que ayer fue entero y total y hoy es sólo la recuperación de los restos por parte de un sujeto que lee lo roto, la carencia, lo que no está (entre otras cosas, el aura).1

La descripción anterior me lleva a mirar la relación entre estos poemas y sus alusiones, las sombras pictóricas de la reproducción sin aura. Los poemas, ¿describen? Sí, sin duda, aluden a los cuerpos de las pinturas y describen. Y ¿qué describen? Describen detalles, describen fragmentos, perspectivas. Y ¿desde dónde describen? desde un ojo que mira... Lo cierto es que poemas y pinturas se relacionan a partir de la configuración de la palabra y mirada itinerante que construye el sujeto. De alguna manera, aquí aparece un sujeto romántico: el poema emana de una súbita idea, de una inspiración surgida de esa “inaudita y silenciosa visión revelación”(31)2. Recordé, por esto, el comentario que escuché una vez en Radio Nacional respecto de la relación poemas de Goethe/ lieders de Schumann; el aficionado devenido en especialista musical, Dr. Sanguinetti, afirmó un domingo que “la musa de Schumann fue fecundada por el genio de Goethe”. Y sí, parece que en Las musas inquietantes el sujeto del poema fue fecundado por la cultura del arte visual (o al revés), aunque se propuso, para decir, pasar de musa a mutante, de pequeña inspiradora a saga hechicera que descubre el aenigma de aquel conocimiento (en el sentido bíblico del término).

Fuente: webs.ucm.es.

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